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Reflexionar sobre nuestra tarea en el mundo. Tamara Kullock

“Ella está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré. ¿Para qué sirve la utopía? Para eso: para caminar…”

Eduardo Galeano



Muchas veces nos preguntamos si acaso sirven las utopías… O si acaso vale la pena seguir avanzando por algo que quizás no veamos… Y la respuesta, una y mil veces, es que sí sirven y que sí vale la pena seguir avanzando por un camino, que no es lineal, ni fácil, ni sencillo, para alcanzarla.

Hace varios años que trabajamos construyendo proyectos y acciones junto con la Fundación Casa Grande, desde el departamento de Justicia Social - Tzedaká - del colegio secundario Martín Buber. Se trata de proyectos que nos desafían y nos interpelan, que nos hacen repensar el lugar que tenemos en el mundo y que nos encuentran con otros y otras. Hablamos de encuentros que nos transforman a todos y todas los y las que intervenimos en ellos. Encuentros de los que salimos de una manera diferente a la que llegamos. Son espacios que nos conectan y encuentran, al mejor estilo buberiano. Encuentros en los que la reciprocidad nos atraviesa y nos hace reflexionar sobre nuestra tarea en el mundo. De esta forma, estudiantes de toda la secundaria se encontraron con chicos y chicas que asisten a merenderos y comedores, escucharon y se conmovieron con las historias de sus fundadores, participaron en campañas contra el frío y se involucraron en construir juguetes para que diferentes personas pudieran usarlos y disfrutarlos.

Todos estos proyectos pensados con Casa Grande forman a los y las estudiantes, dejando huellas profundas en quienes atraviesan cada una de las experiencias. De esta manera los valores humanistas y de nuestra tradición judía - centrales en la escuela -, como el compromiso, la solidaridad, la justicia, el encuentro, la mirada hacia los otros, la acción y la transformación, se hacen visibles y tangibles en cada uno y una de los y las estudiantes.

Dice una de las fuentes de nuestra tradición:

“Él, (Rabí Tarfón), acostumbraba decir: “No es tu obligación terminar la tarea, pero no eres libre para dejar de emprenderla...” Pirkei Avot 2:16

Y en eso estamos, caminando (y haciendo acciones) hacia una utopía, hacia un futuro mejor, más justo, más humano. Quizás no veamos cómo termina, pero no vamos a dejar de hacerla. Tamara Kullock Profesora de Escuela Martín Buber


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